Entrevista. Micaela Vázquez. Actuó en éxitos juveniles, vivió cuatro años en Madrid y ahora se destaca en “Dulce amor”.
Como tantas otras chicas de su generación, Micaela Vázquez miraba Chiquititas y deseaba formar parte de ese mundo mágico que Cris Morena le mostraba por televisión. A diferencia de muchas, Micaela lo logró. Esos fueron sus primeros pasos, año 2001, en el camino de la actuación y las telenovelas.
“Me estaba yendo a dormir y escuché a Jimena Cyrulnik que decía al aire, en Versus (Telefe), que al día siguiente se haría un casting para Chiquititas ”, recuerda. “Era mi sueño de toda la vida, me volví loca, así que fui a despertar a mi mamá y le pedí que me dejara faltar al colegio para poder ir”. Su madre no le dio mucha importancia –” ¡ni en pedo! , me dijo”-, así que probó otras alternativas y al día siguiente, a las siete de la mañana, bajaba de un remís con su abuela y su hermana mayor y se sumaba a los cientos de chicos que ya esperaban para entrar al canal.
Quedó. Cuando Cris Morena le dijo que el personaje de Miki era suyo, explotó en un llanto de emoción. Después de Chiquititas llegaron Rebelde Way , y Floricienta . Giras todos los años por el interior del país, Latinoamérica, Israel. Entre gira y gira, hizo participaciones especiales en Sos mi vida , Son de Fierro , en la película Crónica de una fuga , de Adrián Caetano. Hasta que en 2006 dejó todo y, con 19 años, se fue a vivir a España.
Su novio en aquel momento, el todavía mediocampista de Boca, Fernando Gago, había sido contratado por el Real Madrid, y Micaela no dudó en acompañarlo. “Me fui por amor, no lo pensé. Adolescencia. Vos viste que los adolescentes no piensan mucho sus actos”, justifica. Vivió en la capital española durante cuatro años. Se recibió en la carrera de Realización de audiovisuales y espectáculos (producción y dirección de cine y televisión). Y se preocupó por mantener despierta su vocación: “Actuar allá se me iba a hacer difícil, así que nunca dejé de estudiar. Tomé clases de teatro, de canto, hice seminarios. Eso hace que aunque no estés en televisión, te mantengas activa”.
En 2010 -su relación con Gago ya había terminado- consideró que era tiempo de regresar. “Sentí que me estaba perdiendo el día a día de mi familia, mis abuelos, mis hermanas. Habían estado geniales esos cuatro años allá, crecí muchísimo, pero necesitaba volver”, reconoce.
Ya otra vez en la Argentina participó de dos obras de teatro, Remisería (2010) y Marejada(2011), tomó clases de actuación con Nora Moseinco, y a fines del año pasado volvió a la televisión con una participación especial en Los únicos (El Trece).
Cuenta que no es fácil volver después de cuatro años y retomar una carrera desde el mismo punto en el que fue dejada. Es por eso que se siente “una privilegiada y agradecida a Quique (Enrique Estevanez), por haberme dado este lugar en Dulce amor (a las 22.30, por Telefe)”. En la novela interpreta a Florencia, la hermana adolescente de Marcos (Sebastián Estevanez), la hija rebelde de Isabel (Georgina Barbarossa).
Micaela carga en su currículum televisivo con unas cuantas adolescentes. Sin embargo, dice que a la hora de enriquecer un personaje, siempre quedan cosas por perfeccionar. “La miro mucho a mi hermanita para copiarla. Porque un actor nunca deja de aprender, y porque el mundo evoluciona y una chica de 18 no se comporta igual hoy que hace cinco años, ni que dentro de cinco”.
De todos modos, a los 25, Micaela se prepara para otra etapa: “Estoy ensayando una obra de teatro junto a Fernanda Neil, Daniela Nirenberg y Denise Romano que estrenaremos en abril. Se llama Next . Es una onda Sex and the City . Somos cuatro locas hablando de los hombres, de historias reales”. Y sí, las chicas crecen.
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