sábado, 29 de octubre de 2011

"En este país me han pasado cosas muy fuertes"

Nació en México, recorrió el mundo con los Erreway y decidió instalarse en la Argentina. A los 28 años, lleva 22 de carrera. Hijo de actores, pintaba para futbolista, pero el oficio conocido pudo más.


Hijo de actores, empezó, de alguna manera, por el final. Primero, el aplauso. Después, la actuación. “A los 5 o 6 años, acompañaba mucho a mis viejos al teatro y, cuando terminaba la función, me fascinaba subir al escenario a saludar y dar las gracias. Yo era muy vergonzoso, pero ese instante de euforia me gustaba mucho. Y recuerdo que, un día, más o menos por esa época, le dije a mi papá que quería hacer también todo lo anterior para después poder llegar a ese momento de gloria... O sea, quería actuar”, de-sanda el camino Felipe Colombo, el mexicano que viajó a la Argentina como un niño más deChiquititas y se fue haciendo grande en la tierra de su padre, que hizo el camino inverso al suyo.
Instalado ahora en un departamento de Belgrano, junto a su mujer y su hija -Aurora, de dos años-, elige un bar cercano a su casa para charlar, en un cálido anochecer de primavera, con una cerveza a mano y una picada, que él especialmente condimenta con tabasco. “Después de un día de intensa grabación, está bueno bajar de a poco y con cosas ricas”, comparte el muchacho que encuentra en su cocina “un buen espacio terapéutico, donde preparo algunos platos que gustan”. El cilantro, dice, es una de sus hierbas favoritas.
Ya sin el maquillaje -mucho menos las ropas- de Bernardo Berlanga, el policía honesto que interpreta en Herederos de una venganza (a las 21.50, por El Trece), cuenta que finalmente compuso su primer personaje a los 6 años, en la obra Entre todos sí se puede , dirigida por su padre, el argentino Juan Carlos Colombo. “Después de aquel día en el que le dije que quería actuar, me consiguió una representante y empecé a meterme en muchos cástings. Lo primero que hice fue un aviso y enseguida llegó el teatro”. Tres años después tuvo su desembarco en la televisión, con la tira El abuelo y yo (ver Su debut ), medio para el que, a los 15, aterrizó en la Argentina.
“Yo siempre quise ser actor, pero entre los 12 y los 15 hice como un parate, porque ya había trabajado bastante y no quería perderme cosas en la adolescencia. Y la verdad es que tenía ganas de hacer el secundario sin laburar y de tener tiempo para jugar al fútbol. Y un día apareció algo de teatro que me interesó, La vida del rey Eduardo II de Inglaterra . Si así era el título, imaginate lo larga que era la obra. Y encima yo entraba cuatro veces y tenía que esperar 20 minutos antes de cada escena. Y entre eso y un cásting de Chiquititas para México, que se grababa en la Argentina, tomé la decisión de volver al trabajo”, detalla el actor que hace 13 años viajó con su madre -la actriz y vestuarista mexicana Patricia Eguía-por seis meses.
“Cuando se cumplió ese tiempo me ofrecieron tres meses más y así me fui quedando. Cuando cumplí los 18, mamá se volvió a México y yo quise vivir acá. En este país me han pasado cosas muy fuertes”, confiesa, todavía con algún tono que su nacionalidad le imprimió (tal vez para siempre) a su decir. “Hace un ratito, cuando hablábamos de mi debut, te iba a decir una frase que me define bastante: yo siento que cada tanto vuelvo a arrancar, como que vuelvo a debutar, no sé. Lo sentí después de aquel parate, lo sentí cuando llegué acá y nadie sabía que yo había trabajado mucho en México, lo sentí después del huracán que fue Erreway . Siempre es, para mí, arrancar de cero, pero cada vez sobre algo ya construido”, entiende uno de los cuatro integrantes de esa banda que hizo vibrar a miles de fans -fundamentalmente en Israel- en buena parte del mundo. Salidos de otro éxito de Cris Morena, Rebelde Way , él junto a Luisana Lopilato, Camila Bordonaba -la madrina de su hija- y Benjamín Rojas moldearon “una suerte de hermandad muy potente. Aquel fue un momento iniciático para nosotros, muy intenso, inolvidable”.
Hincha de Boca aquí y de Los Pumas de la UNAM allá -club para el que se probó, aprobó, pero le pidieron que tuviera una profunda preparación física “porque era muy chiquito de tamaño y justo salió lo del viaje a Buenos Aires”-, ahora se reparte entre la actuación y la música, con la guitarra y el bajo siempre a mano (tiene una banda con Bordonaba, La Miss Tijuana ) y algunas canciones a flor de labios para alegría de Aurora.
Lleva 26 años de oficio, con películas como Cilantro y perejil , El paje o Cara de queso , programas como Doble vida , Son de Fierro o Por amor a vos , obras como El graduado -junto a Nacha Guevara-, No te preocupes ojos azules -sobre un encuentro entre Kurt Cobain y Frank Sinatra, junto a su padre- o Noche de reyes que todos los martes -a partir de las 20.30- lo tiene arriba del escenario en El Cubo, para, entre otras cosas, recibir ese aplauso que de (más) chico heredaba y ahora se sabe ganar.

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