Elenco: Catherine Fulop, Fernán Mirás, Arturo Bonín, Martín Seefeld, Boy Olmi, Hilda Bernard, Camila Bordonaba, Felipe Colombo, Luisana Lopilato y Benjamín Rojas, entre otros.
Libro: Patricia Maldonado.
Escenografía: Marcela Bazzano.
Coreografía: Marisa Divito.
Música original: Cristina De Giacomi-Rocky Nilson.
Producción ejecutiva: Augusto Di Benedetto.
Dirección de exteriores: Jorge Oneglia, Mauro Scandolari.
Dirección: Martín Mariani.
Producción y dirección general: Cris Morena.
Lunes a viernes, a las 20, por AzulTV.
Nuestra opinión: Bueno
Melodrama construido sobre la base de la exageración y el imaginario adolescente, "Rebelde way" es un nuevo producto de la fábrica Cris Morena. En el marco de esa pertenencia genérica, esta telenovela juvenil acierta en alejarse permanentemente de cualquier código realista. Y si bien muchos detractores del género le exigen contenidos dramáticos naturalistas o "verdaderos", lo cierto es que parte del secreto de este rubro de la cultura popular radica en aventurar a sus protagonistas sobreactuados por caminos que sólo la providencia une, separa, obstaculiza y soluciona.
A tono con la propuesta general, los personajes que animan esta ficción son el colmo del estereotipo, y desde ese punto de partida, a veces, se lanzan en busca del tono de comedia. Debe añadirse, no obstante, que en "Rebelde way" se encuentra de todo: buenas actuaciones, como las de Camila Bordonaba, y pésimas, como la de Jorge Maggio. También la dirección -de actores, de cámaras, en el nivel de la responsabilidad de edición- tiene sus altibajos: ofrece secuencias bien logradas, como la cabalgata en la playa, pero también muchos malos remates de escena.
En cuanto a lo argumental, se diría que, grosso modo, el elenco se divide en adultos y adolescentes, como categorías enfrentadas. En el rubro Adultos se encuentran: una vedette glamorosa hasta la risa (Catherine Fulop), un inescrupuloso intendente en campaña política (Boy Olmi), un empresario siempre de viaje por trabajo (Martín Seefeld), una tía peluquera y ex prostituta (Susana Ortiz), una preceptora antipática (María Rojí) y un director de escuela políticamente correcto (Arturo Bonín). Este grupo, mayormente, es un decálogo de los defectos con excepción de alguna que otra virtud.
Finalmente, del otro lado se encuentran los adolescentes, alumnos de un colegio de la alta sociedad, que intentan buscar su propio lugar en el mundo mientras la emprenden a codazos con sus propios compañeros (torturan a la gordita de la escuela, hay gente "fashion" y de la otra, hay chicos ricos, "becados" y "nuevos").
Tal vez lo más interesante de la acción de "Rebelde way" no radique en sus trazos principales, sino en la oportuna frescura de los duelos verbales que protagonizan los chicos de la historia. Son duros, son crueles, son graciosos, son adolescentes.
Tensión rosada
Pero nada de todo lo que digan y hagan los jovencitos de "Rebelde way" tendría la gran llegada que tiene al público menudo de no ser por la presencia de dos elementos: la música y la escenografía. Estos dos recursos sellan el destino del programa -en general de todos los productos concebidos por Cris Morena-.
La música continúa fiel al estilo -por lo menos en cuanto a lo emitido en estos días- de la dupla compositora de Cris Morena y Rocky Nilson, de probada eficacia comercial. Los decorados de "Rebelde way", especialmente los dormitorios de los estudiantes, deben de ser lo más cercano al cuarto soñado de cualquier chica de entre 8 y 15 años. Además de contar con un canchero entrepiso, la habitación está decorada con colores modernos y artículos coquetos.Un recurso, si se quiere, y salvando las distancias, muy Disney.
Melodrama construido sobre la base de la exageración y el imaginario adolescente, "Rebelde way" es un nuevo producto de la fábrica Cris Morena. En el marco de esa pertenencia genérica, esta telenovela juvenil acierta en alejarse permanentemente de cualquier código realista. Y si bien muchos detractores del género le exigen contenidos dramáticos naturalistas o "verdaderos", lo cierto es que parte del secreto de este rubro de la cultura popular radica en aventurar a sus protagonistas sobreactuados por caminos que sólo la providencia une, separa, obstaculiza y soluciona.
A tono con la propuesta general, los personajes que animan esta ficción son el colmo del estereotipo, y desde ese punto de partida, a veces, se lanzan en busca del tono de comedia. Debe añadirse, no obstante, que en "Rebelde way" se encuentra de todo: buenas actuaciones, como las de Camila Bordonaba, y pésimas, como la de Jorge Maggio. También la dirección -de actores, de cámaras, en el nivel de la responsabilidad de edición- tiene sus altibajos: ofrece secuencias bien logradas, como la cabalgata en la playa, pero también muchos malos remates de escena.
En cuanto a lo argumental, se diría que, grosso modo, el elenco se divide en adultos y adolescentes, como categorías enfrentadas. En el rubro Adultos se encuentran: una vedette glamorosa hasta la risa (Catherine Fulop), un inescrupuloso intendente en campaña política (Boy Olmi), un empresario siempre de viaje por trabajo (Martín Seefeld), una tía peluquera y ex prostituta (Susana Ortiz), una preceptora antipática (María Rojí) y un director de escuela políticamente correcto (Arturo Bonín). Este grupo, mayormente, es un decálogo de los defectos con excepción de alguna que otra virtud.
Finalmente, del otro lado se encuentran los adolescentes, alumnos de un colegio de la alta sociedad, que intentan buscar su propio lugar en el mundo mientras la emprenden a codazos con sus propios compañeros (torturan a la gordita de la escuela, hay gente "fashion" y de la otra, hay chicos ricos, "becados" y "nuevos").
Tal vez lo más interesante de la acción de "Rebelde way" no radique en sus trazos principales, sino en la oportuna frescura de los duelos verbales que protagonizan los chicos de la historia. Son duros, son crueles, son graciosos, son adolescentes.
Tensión rosada
Pero nada de todo lo que digan y hagan los jovencitos de "Rebelde way" tendría la gran llegada que tiene al público menudo de no ser por la presencia de dos elementos: la música y la escenografía. Estos dos recursos sellan el destino del programa -en general de todos los productos concebidos por Cris Morena-.
La música continúa fiel al estilo -por lo menos en cuanto a lo emitido en estos días- de la dupla compositora de Cris Morena y Rocky Nilson, de probada eficacia comercial. Los decorados de "Rebelde way", especialmente los dormitorios de los estudiantes, deben de ser lo más cercano al cuarto soñado de cualquier chica de entre 8 y 15 años. Además de contar con un canchero entrepiso, la habitación está decorada con colores modernos y artículos coquetos.Un recurso, si se quiere, y salvando las distancias, muy Disney.
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